lunes, 20 de junio de 2016

Comenzó el juego simbólico: un bebé para Faustina

El juego con el bebé de juguete parecía lejano para Faustina hace unos meses atrás. A partir del año en el Centro de estimulacioón comenzaron a darle un bebote para jugar a la mamá. Pero a Faustina no le interesaba. En enero pasado, cuando tenía un año y ocho meses, llegó el turno de interesarse por un bebé que le regalaron.

Empezó hamacándolo y cantándole. Lo miraba, le tocaba los ojos con párpados que se abrían y cerraban, le movía brazos y piernas. A partir de allí siguió un juego cada vez más rico con su muñeco. Darle la mamadera, de comer, hacerlo dormir, taparlo, cambiarle el pañal e incluso bañarlo se convirtió en uno de sus juegos favoritos. Tooooodo el día con ese bebé que pasaba de estar acostado en un almohadón a los brazos de Faustina y luego lo sentaba en su pata pata y lo llevaba a pasear por la cocina.

Es el comienzo del juego simbólico donde lo que hacen los chicos es imitar las situaciones que ven cotidianamente, representando simbólicamente los objetos ausentes. Por ejemplo, cualquier palo sirve como cuchara para revolver la comida que tienen en el sartén, que en realidad son bloquecitos de madera, o una caja puede convertirse en cama para acostar al muñeco dormido.

Mientras los adultos ayudamos a estimular la imaginación y a fomentar el cuidado del bebé, también vamos viendo que pueden comprender y desarrollar conductas mucho más de lo que pensamos. Es una etapa muy importante para el desarrollo de los chicos: no sólo imitan sino que a través de la representación los chicos asimilan lo que van entendiendo de la vida real, canalizan y comprenden mejor las emociones y aprenden.

Paralelamente a este juego con el bebé he notado que Faustina ha hecho un salto muy grande en su desarrollo emocional, intelectual y psicomotriz. Además de acompañar todos sus juegos con el lenguaje (aunque todavía incomprensible la mayor parte del tiempo), el desenvolvimiento del cuerpo ha cambiado por completo. Por ejemplo se agacha para jugar (cosa que no le salía hasta hace un tiempo); juega a preparar comidas con ollas, potes, cucharas, polenta y galletitas; baila levantando las rodillas y quiere correr mientras se mira las zapatillas; canta cada vez con más entonación y ritmo; comprende lo que le pedimos o decimos; quiere comer sola; entre otras cosas.

Ahora tiene varios bebés y a veces juega con dos o tres juntos. Es muy tierno verla apoyarle la cara para darle un beso a su bebé o mirar cómo mueve la manito para palmearlo y que se duerma. También se la escucha protestar: quién sabé qué cosas les dirá!



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domingo, 19 de junio de 2016

Ser mamá sin padre para mi hija



A veces pienso que me hubiera encantado que Faustina tuviera padre. La idea de familia tradicional y feliz con la constitución típica de papá, mamá y los hijitos lleva muchos años imponiéndose como la situación ideal. Los relatos sobre la conformación ideal de la familia fueron tan fuertes que a los que nos escapamos de esas formas y nos atrevimos a cruzar las barreras impuestas todavía, de vez en cuando, pensamos que hubiese sido más fácil que todo sucediera según el ideal. Sin embargo, nadie ni nada podría asegurarme que si hubiese un padre para Faustina seríamos más felices.

Lo cierto es que si nos dejamos detener con esos relatos, nos perdemos de vivir la experiencia de ser felices tomando las decisiones que nos hacen bien. Porque en realidad, para una persona que está viviendo plenamente su vida con una hija sin padre, todos esos relatos no son más que fantasías o construcciones del imaginario que pretenden imponer lo que debería ser.

Soy parte de las estadísticas que dicen que el 6% de las mujeres que recurren a un banco de semen están solteras y te seguro que ser madre sin padre para mi hija todavía es visto con mirada prejuiciosa por la mayoría de las personas que debaten si eso está bien o mal. 

Faustina no tiene papá (al menos por ahora) porque los donantes donan espermatozoides pero no paternidad. En Argentina y en la mayor parte de los países la donación es anónima: donante y receptor no pueden saber quién es el otro. Tampoco se elige un donante “a la carta”. Lo que los especialistas buscan es que coincidan los fenotipos de ambas partes (color de ojos, piel, pelo, raza, altura, contextura…). 

Pero dejando de lado la figura del donante y haciendo referencia a la paternidad entendida como ese vínculo de amor que se construye cada día, la verdad es que no voy por la vida pensando en la falta de un padre para mi hija. La vida real y no ideal me trajo a Faustina y con ella llegaron los días de felicidad y el verdadero cambio de vida que buscaba. ¿Realmente me hubiese gustado que tuviera papá? Pues no lo sé. Nuestros días son muy felices y no sé cómo hubiesen sido con un padre porque esa es una situación ideal pero no real para nosotras. Lo que siento es que, a  pesar de eso, estoy viviendo siempre de forma ideal en el sentido de que todo es perfecto!

Ser madre sin padre tampoco es tan dificil! Lo único es que da mucho trabajo porque las mamás que estamos solas tenemos que tomar las riendas de todo y tenemos responsabilidades no sólo sobre nuestros hijos sino también del hogar, las contingencias del día, nosotras mismas, en fín... igual que las demás personas! Lo más importante, sin embargo, es que los lazos de amor que uno va tejiendo con los otros son suficientes para sentir que una no está sola.

Muy feliz día a todos los papás!!!


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martes, 14 de junio de 2016

Tips para ayudar a que tu bebé quiera desplazarse

A mucho bebés con síndrome de Down les cuesta comenzar a desplazarse. Pero como papás, cuando nuestros hijos todavía no caminan ni gatean y apenas sólo se sientan, podemos hacer algunas cosas para provocar curiosidad y motivación para el desplazamiento. Además, hay ejercicios y posturas para ayudarlos a lograr el gateo, que se paren y lleguen a caminar pero también hay juegos que podemos poner en práctica para ayudarlos a que tengan la experiencia del desplazamiento, aunque aún no lo logren por sus propios medios.

Aquí van algunos tips para ayudarlos (que también sirven para chicos que no tienen síndrome de Down!):
La caja de cartón
Una simple caja grande de cartón puede convertirse en un juego muy divertido si subes a tu bebé sentado y lo llevas a pasear! Puedes llevarlo sobre la caja aplastada o colocarlo dentro de la caja, siempre que tenga las paredes bajas para que tu bebé pueda ver por dónde es el paseo. Con ello verá que desplazarse tiene sus ventajas porque el pequeño mundo que lo rodea está más cerca de lo que pensaba y hay muchas cosas por descubrir a la vuelta del juego de comedor! A Faustina la llevamos a pasear también en su silla para autos y le encanta!

Los juguetes alejados
Si colocas algunos chiches fuera de su alcance, a tu bebé no le quedará otra que ir en su búsqueda. Puede que al principio proteste o intente que se los alcances. Faustina se quejaba para que yo le pusiera más cerca los objetos. Si ves que todavía no es momento de que llegue a tomarlos, acércale un poco más los chiches pero cuando veas que con un poco de esfuerzo o algún movimiento él mismo puede alcanzarlos, intenta que lo haga por sus propios medios. Prueba en distintas posiciones: sentado, acostado hacia abajo con sus bracitos hacia adelante, de costado, con el pecho sobre un almohadón o incluso arriba tuyo. No olvides que es muy importante tocarle los brazos, las piernas y el cuerpo. Que los sienta, los registre, que reciba información es esencial para que sepa que los puede usar, que sienta que los apoya, los mueve, lo tocan...

Objetos y mascotas en movimiento
Pelotas o muñecos a cuerda o pila que se ponen en movimiento también son un buen estímulo para promover el desplazamiento. Aunque tu bebé permanezca sentado y aún no gatee, tírale una pelota girando por el suelo o enciende ese hipopótamos que mueve su cabeza y se desplaza con música. Verás cómo lo sigue con su mirada y al poco tiempo intenta mover su cuerpo para alcanzarlo. Incluso prueba de arrodillarte tú mismo y gatear a su lado. Faustina se vuelve loca de alegría si otros niños juegan alrededor de ella o si yo misma me pongo en cuatro patas a gatear y le digo que soy un caballo. Al principio, cuando aún no se desplazan, quizás les cueste, pero luego se animarán a tirarse arriba tuyo o a apoyarse sobre sus brazos para seguir a los objetos que se mueven. Por otro lado, las mascotas también ayudan a que los chicos quieran moverse!

Barrera de almohadas
Esto puede ser muy divertido! Sobre la cama o en una alfombra o piso de goma coloca una almohada sobre otra. Con dos almohadas estará bien. Con esto puede hacer distintos juegos. En principio, yo la sentaba a Faustina de un lado y yo me escondía detrás de la barrera de almohadas. ¿Dónde está mamá? y ella reia cuando me veía aparecer por arriba, por un lado o el otro o sacaba mi cabeza entre medio de las almohadas. Más adelante hicimos juegos para tirarnos de panza a las almohadas. Como ella no podía moverse sola, yo la levantaba y la hacía caer apoyando el cuerpo mirando hacia abajo sobre la montaña de almohadones. Reía a carcajadas, pero después de eso tenía que salir de allí y hacía grandes esfuerzos con su cuerpo y sobre todo con sus brazos para empujar hacia atrás hasta quedar sentada! Con esto empezó a sentir la experiencia de arrojarse. Hoy se tira con movimiento mucho más perfeccionados, empujando con las piernas, levantándose con los brazos, flexionando rodillas o incluso parándose con sus piernas y tratando de dar vueltas carnero!

El pata pata
Este vehículo caminador para los chicos es genial! Faustina lo tuvo al año y medio aproximadamente y lamento no habérselo conseguido antes porque le resultó un juguete muy util para desplazarse, hacer equilibrio, flexionarse y divertirse. Aún no caminaba. Cuando la senté por primera vez y lo moví un poco, ya empezó a mover sus piernas para desplazarse y a dar vuelta el pata pata a su antojo cuando había que cambiar el rumbo del recorrido por la casa, por el parque o por la vereda. Lo manejó rápidamente hasta que pronto la veíamos con ambas piernas sobre la parte delantera del andador, haciendo equilibrio con el cuerpo, bajándose sola, o tratando de alcanzar un juguete del piso, todo sentada desde ahí arriba. También le sirvió para estar un rato sentada tomando su mamadera o comiendo una galletita y ver los videos musicales que le gustaban. Ahora que camina y anda por todos lados ya no quiere subirse. Prefiere la movilidad propia!

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