A veces pienso que me hubiera encantado que Faustina tuviera
padre. La idea de familia tradicional y feliz con la constitución típica de papá,
mamá y los hijitos lleva muchos años imponiéndose como la situación ideal. Los
relatos sobre la conformación ideal de la familia fueron tan fuertes que a los
que nos escapamos de esas formas y nos atrevimos a cruzar las barreras
impuestas todavía, de vez en cuando, pensamos que hubiese sido más fácil que
todo sucediera según el ideal. Sin embargo, nadie ni nada podría asegurarme que si hubiese un padre para Faustina seríamos más felices.
Lo cierto es que si nos dejamos detener con
esos relatos, nos perdemos de vivir la experiencia de ser felices tomando las
decisiones que nos hacen bien. Porque en realidad, para una persona que está viviendo plenamente su vida con una hija sin padre, todos esos relatos no son más que fantasías o construcciones del imaginario que pretenden imponer lo que debería ser.
Soy parte de las estadísticas que dicen que el 6% de las
mujeres que recurren a un banco de semen están solteras y te seguro que ser
madre sin padre para mi hija todavía es visto con mirada prejuiciosa por la
mayoría de las personas que debaten si eso está bien o mal.
Faustina no tiene papá (al menos por ahora) porque los
donantes donan espermatozoides pero no paternidad. En Argentina y en la mayor parte de los países la donación es anónima:
donante y receptor no pueden saber quién es el otro. Tampoco se elige un donante
“a la carta”. Lo que los especialistas buscan es que coincidan los fenotipos de
ambas partes (color de ojos, piel, pelo, raza, altura, contextura…).
Pero dejando de lado la figura del donante y haciendo referencia a la paternidad entendida como ese vínculo de amor que se construye cada día, la verdad es que no voy por la vida pensando en la falta de un padre para mi hija. La vida real y no ideal me trajo a Faustina y con ella
llegaron los días de felicidad y el verdadero cambio de vida que buscaba. ¿Realmente me
hubiese gustado que tuviera papá? Pues no lo sé. Nuestros días son muy felices
y no sé cómo hubiesen sido con un padre porque esa es una situación ideal pero
no real para nosotras. Lo que siento es que, a
pesar de eso, estoy viviendo siempre de forma ideal en el sentido de
que todo es perfecto!
Ser madre sin padre tampoco es tan dificil! Lo único es que da mucho trabajo porque las mamás que estamos solas tenemos que tomar las riendas de todo y tenemos responsabilidades no sólo sobre nuestros hijos sino también del hogar, las contingencias del día, nosotras mismas, en fín... igual que las demás personas! Lo más importante, sin embargo, es que los lazos de amor que uno va tejiendo con los otros son suficientes para sentir que una no está sola.
Muy feliz día a todos los papás!!!
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Asi es .....Dios y la virgen son nuestros compañeros.....lindo tu blog
ResponderEliminarErica, la verdad que no hay respuesta para tu pregunta, vos fuistes eligiendo tu situacion y la tenes que disfrutar tal como la estas co-creando. Ser madre soltera es como ser padre tambien porque tenemos una sola decision sin discusion. Es carga pero no lo tenes q tomar tan a pecho porque lo hacemos bien, siempre la confianza en una es lo que vale. De hecho tu vida diaria con Faustina es la felicidad en el camino. Nuestros hijos nos terminan de dar el rumbo en esta vida. Gracias x estar y ser ambos, madre y padre.Que siga la luz en tu vida. besos, las quiero.
ResponderEliminarUna bella madre amorosa y tierna con una hija preciosa q te ama eso veo yo .
ResponderEliminarUna bella madre amorosa y tierna con una hija preciosa q te ama eso veo yo .
ResponderEliminarA la solicitud de vida que implica la maternidad, la vida nos responde sabia con eso: darnos la oportunidad de ser madres. Feliz día de guía y custodia de nuestros hijos.
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