Mora, junto a otras compañeras, con su mención por
su dedicación y logros, en el Instituto Pedro Giachino. |
Va a la misma institución desde que comenzó el Jardín de Infantes a los tres años. “Siempre pensamos en una escuela común y todo fue mágico”, cuenta Mariana Guelfi, mamá de Mora. “Unos amigos nos hablaron de este Instituto donde ya había niños con síndrome de Down incluidos, tanto en jardín como en primaria, y eso nos dio seguridad y con mi marido Maxi decidimos anotarla allí”.
En el Jardín de Infantes no solamente los recibieron muy bien sino que inscribieron a Mora “sin vueltas ni prejuicios”, como explica su mamá. “Mi hija comenzó sala de tres años con maestra integradora que venía de la escuela especial Redondel, de Lomas de Zamora. Usaba pañales, todavía no hablaba ni caminaba”, explica Mariana. Pero el año fue pasando y todos fueron testigo de la gran evolución de Mora, quien desde muy chiquita sabe que tiene este síndrome, y día a día alcanzaba nuevos aprendizajes.
“Sus compañeros fueron fundamentales para este progreso como también lo fueron los docentes y las autoridades de la escuela”, asegura la mamá. Luego de terminar sala de cinco, siguió con sus mismos compañeros la primaria, donde este año cursó el primer grado y se llevó la mención que destaca sus logros y deja ver que la escuela también puede celebrar, reconocer y alentar el camino propio, singular y único de cada niño.
Con adaptaciones de contenidos y un aula donde hay lugar para todos, Mora fue aprendiendo a escribir, entre muchas otras cosas, a su ritmo, pero siempre avanzando. Frente a los primeros temores de que Mora no pudiera hacer una buena inclusión en la escuela común, hoy su familia siente que tomó la decisión acertada y están felices. Muy felices. “Sus maestras fueron una parte fundamental este primer año porque apostaron a la inclusión sin etiquetas, aceptando los tiempos de Mora y aconsejando a la familia en todo lo que les pareció que había que modificar o agregar para que crezca día a día”, destaca Mariana.
El recibimiento de la mención emocionó mucho a la familia que soltó lágrimas de alegría, orgullo y felicidad. “La hermosa noticia fue una de esas que nos llenan el alma, nos inflan el pecho y nos hace sentir que todo esfuerzo tiene sus frutos”, transmite con emoción Mariana que está feliz de compartir en este blog la experiencia de Mora para que otras familias sepan que no hay límites para lo que cada uno anhela. Y si no lo creen así aprendamos de Mora quien cuando le preguntan qué va a lograr, responde sin dudarlo: “mi sueño”!
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Hola yo soy una compañera de morita es muy buena siempre ayuda en clase y lee bastante bien y como la podria describir es mi amiga la conosco desde los 2 años ahora tenes 9 años
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