Faustina, sentada a la mesa, piensa. |
Me reí. ¿Que tiene síndrome de Down?", ¿por qué?", le dije. Y volvió a abrir grandes los ojos frente al monstruo que se le representaba con la alteración genética. Y entonces le exliqué con naturalidad que no era nada malo. Y conversamos un rato. "No. no son malos", me dijo, "al contrario, no tienen maldad" y continuó con una serie de prejuicios sobre las personas que tienen este síndrome. No sé si finalmente se fue muy convencido de que no sirve de nada no decirlo frente a ella. Claramente el hombre pensaba no solamente que era malo decirlo, sino que lo vio como una expresión ofensiva, insultante. "¿La mamá le está diciendo en su propia cara que tiene síndrome de Down?", habrá pensado el hombre horrorizado.
Esto me hizo reflexionar sobre cuánto falta aún por hacer. Los lenguajes se construyen social e históricamente y el sentido que le otorguemos a las palabras es muy importante. Para algunas personas esta discusión no tiene ningún sentido pero las palabras influyen en la percepción de nuestra realidad y determinan nuestra visión del mundo y, entonces, cumplen un rol fundamental en la constitución de las personas y en los imaginarios que se construyen sobre los colectivos más vulnerables o las minorías, por ejemplo.
El lenguaje es uno de los caminos que tenemos para decir las cosas por su nombre y, de una vez por todas, destruir los mitos que circulan sobre las discapacidades. También nos sirve para construir el lugar que merecen las personas. Porque a través del lenguaje se incluye o se margina, se vulnera o se respeta, se pone obstáculos o se levantan las barreras. Si elegimos la inclusión, entonces debemos comprometernos a construir desde el lenguaje también, no sólo desde los derechos o el hacer.
Después de esto, les dejo para reflexionar algo que muchos ya saben pero no viene nada mal recordar:
No se dice incapacitado, discapacitado, inválido, impedido, minusválido, mogólico, subnormal. Todas son connotaciones negativas que están vinculadas con la falta, la carencia, la privación, la inferioridad. Ni se dice "con capacidades diferentes" (todos tenemos capacidades diferentes).
Tampoco se dice "los autistas", "los Down", porque estas palabras actúan como etiquetas genéricas que excluyen. Las personas no son su discapacidad: no son autistas, no son niños Down, sino que tienen autismo, síndrome, disminución visual o lo que fuera.
Tampoco se dice discapacitado/a sino persona con discapacidad.
Todos deberíamos hacer énfasis en las personas y no en las discapacidades.
Es simple. Recordalo: se dice persona con discapacidad, con autismo, con síndrome de Down o con movilidad reducida, por ejemplo, es decir, primero la persona, después la discapacidad, y sólo si es necesario nombrarla!
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A mi me mata "Personas con capacidades diferentes", un eufemismo políticamente correcto que no significa nada. Todos somos personas con capacidades diferentes ,pero no todos somos Personas con discapacidad.
ResponderEliminarEs cierto! Hacía unos días que tenía esta nota en la cabeza y pensé mucho en cómo se usa el "capacidades diferentes" y me faltó decirlo! Gracias por la mención. Lo agregué en la nota. Cariños, Erica
EliminarExcelente .explicacion.
ResponderEliminarHace unos meses llevamos un grupo de padres de hijos con espectro autista a la facultad y mi primer pregunta fue como nombro.como hablar del autismo correctamente.besos a faustina esta cada vez mas hermosa
Gracias Nilda. Hay que seguir trabajando para romper con estas denominaciones!
EliminarEs todo un tema. Yo lo llamo discriminacion de azucar. Porque es como que se suelen decir cosas "buenas" para dar a entender que aunque tengas ....... (Poner cualquier discapacidad o diferencia), nosotros los normales te damos bola e incluso somos buenos con vos, pobrecito. Varias buenas mujeres me han dicho la barbaridad de "ay si a mi también me encantaría tener un nene así" a lo que yo respondo "si si, yo tambien quise tener perros". Quizas no es la forma más amable de hacer caer en cuenta a otro en la desubicacion pero también es cierto que hay prejuicios muy arraigados. Y claro te miran con la expresión de que mala gente sos. Otra cosa que a mi particularmente me cuesta sobrellevar es que cualquier hijo de vecino se acerque a Martin y lo toque, le quiera dar dulces y esas cosas. No se si sera paranoia pero yo lo interpreto como una falta de respeto que casi siempre es coronada con una frase al bronce que significa "no se preocupe señora, aunque tenga SD no va a ser tan malo". De hecho, la famosa frase "Son una bendicion", es una forma de persuacion de que como padres no vivamos aflijidos. La respuesta y si! TODOS los hijos son una bendicion. Estas cosas me ham hecho pensar que como mision, Martin vino a poner las cosas en su lugar. Gracias por tu columna y hermosa Faustina.
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