Mi hija Faustina que tiene síndrome de Down acaba de hacer algo increíble. Hace más o menos un mes que empezó a aplaudir. Me emocionó mucho verla la primera vez: el esfuerzo de coordinación con ambas manitos parecía que le resultaba costoso. No pude contárselo a ustedes porque ella va más rápido que yo y todos los días me sorprende con un nuevo logro. Pero hoy hizo algo muy importante y no podía dejar de compartirlo: aprendió a esperar el turno para su aplauso.
Aprovechando que aplaude por cualquier cosa, le propuse hacer un juego: le expliqué que me tocaba aplaudir a mí y le mostré cómo hacía unas palmadas. Después le dije: ahora vos. Los bebés a esta edad (tiene casi diez meses) pueden imitar los gestos de los adultos. Pensé que todavía no estaba preparada para hacer lo que yo hacía... y sin embargo me sorprendió una vez más. Le dije "ahora vos" y esperé. Me miró y levantó sus manos para aplaudir, mientras me miraba y se reía.
Como no estaba muy segura si lo había hecho o no de casualidad, le volví a repetir: "ahora yo" (y aplaudí), y "ahora vos" (y aplaudió!). Y otra vez, y otra vez. Y me esperaba muy atenta cada vez. Entonces corrí a buscar la cámara y lo filmé (primero pensé que no habría segunda vuelta pero respondió nuevamente al juego). Su logro merece que vean el video!
Me sentí muy feliz con la hazaña. Con esto, Faustina me demostró que no sólo puede imitar sino también respetar los turnos en el juego. Y eso es muy importante. Es una pauta de interacción social que se aplica no solamente en los turnos para el juego sino también en la comunicación con los otros, por ejemplo.
Desde chiquita que entablo conversaciones con ella y la espero para que me conteste, en su idioma, claro! Así empezó con el ajó a los dos meses y medio... y no paró. Casi siempre le digo ¿en serio? Contame! y espero a que responda algo. Y entonces vuelvo a decirle ¿sí? ¿Y qué más? y espero otra vez a que diga algo. Y así estamos un rato. Aprende a que el uso de la palabra tiene sus propias normas.
Con este juego mi hija aprende a respetar turnos, a entender que ella y el otro son parte de la interacción, a saber que tiene espacio para que ella intervenga, que lo que hace influye en el comportamiento del otro, a ser reconocida. El aplauso es una forma no verbal de expresarse y es una herramienta de interacción social.
Más allá de su logro importante de coordinación con ambas manos que deben encontrarse en un punto, Faustina disfruta de su aplauso no solo porque descubre el placer cuando choca las palmas de sus manos abiertas sino también porque es una manera de obtener reconocimiento social. Ella aplaude y todos la felicitamos, le mostramos alegría, la besamos, la estrujamos de amor y le volvemos a aplaudir!
Un secreto:
Para que entienda "ahora yo", me señalo; y cuando le digo "ahora vos", la señalo a ella. Acompaño mis palabras con el lenguaje gestual. Ya comprendió perfectamente cuándo se trata de mí y cuándo de ella!
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