martes, 17 de febrero de 2015

Para Faustina, comer es un placer!

A los cinco meses, Faustina empezó a comer. El pediatra le dio sus primeras comiditas solo para que vaya adquiriendo el hábito. Debía sentarla en su silla, más o menos siempre a la misma hora, sin las distracciones de la televisión, y con todos los sentidos puestos en la comida. La idea era que pudiera mirarla, sentir el olor, probarla, tocarla... Y tenía que colocar la cucharita con el puré en el paladar, de manera que la lengua fuera hacia arriba y amasara los alimentos contra él. Así que le preparé su primer puré de calabaza en un platito, le puse el babero y le expliqué que iba a comer.

Faustina ahora tiene 9 meses y ya hace cuatro que
disfruta cada día de sus comidas.
Pensé que solo iba a ser una primera aproximación a la comida, que quizás probara y la escupiera, que podía negarse a abrir la boca o tendría dificultades para tragar... pero Faustina me sorprendió comiéndose todo lo que había en el plato! Fue muy emocionante verla, no solo porque comía y lo hacía perfectamente bien como si supiera de siglos, sino porque además empujaba su cuerpo hacia adelante con la boca abierta y diciendo aaaaaahhh, en busca de la cucharita con puré. El placer por la comida se reflejaba en cada instante que saboreaba una y otra vez la calabaza. La nueva experiencia le encantaba!

En esa etapa, todavía no estiraba sus bracitos para tocar nada (quizás la comida funcionara como un buen estímulo para lograrlo), pero ya se mantenía muy bien erguida, aunque en la gran silla que le prestó la madrina su cuerpito se perdía de tan chiquito. Al poco tiempo empezó a estirar las manos para tocar y ya hace mucho que le encanta estrujar la comida y las frutas.

Durante los siguientes meses, el pediatra fue incorporando otros alimentos como carne vacuna, pollo, hígado, batata, zanahoria, papa, fideos, arroz, espinaca, polenta, zapallito verde y brócoli. También manzana, banana, mandarina, pera y durazno. El primer mes comenzó con el almuerzo y al siguiente la cena, pero ahora, además, desayuna y merienda.

Hay muchos bebés con síndrome de Down (SD) que, al principio, no pueden comer bien debido a distintas razones: su tronco y cabecita no están lo suficientemente firmes, tienen bajo tono muscular en la zona oral, problemas gastrointestinales, o les cuesta tragar porque no logran el movimiento con la lengua, los músculos, los labios. Tienen que pasar de la succión a deglutir y masticar, y eso no es nada fácil!

La alimentación es muy importante para el desarrollo de las personas. Para un bebé es un buen paso que contribuye a su autonomía y debe convertirse en una experiencia agradable, ya que necesita comer toda la vida.

Si tu bebé con SD todavía no puede comer bien, no te desanimes. Con estimulación y a su tiempo va a lograrlo. Consultalo con su pediatra y buscá ayuda con las personas que hacen estimulación temprana. Los fonoaudiólogos pueden ayudarte mucho.


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