
Su crecimiento fue tan extraordinario como mi maternidad, que cambió sustancialmente el significado de mi vida. Aunque muchas veces me siento agotada, soy una persona feliz y me siento una mamá orgullosa. Y es que Faustina ha cambiado todo en mi vida: las prioridades, la forma de ver las cosas, la capacidad de tomar decisiones y la organización del día, que va al ritmo que dicta la vida compartida con ella, una vida de a dos.
Ella crece y nos sorprende cada día. Su diversión, su felicidad, sus gritos, su manera de decir mamá y de nombrar a la abu, sus besos, sus moriquetas, sus manos moviéndose al ritmo de alguna canción son parte de mi vida cotidiana, que ahora tiene un gustito dulce que me hace seguir hacia adelante.Porque ella trajo esperanza a mi vida, trajo emociones positivas, una nueva mirada de la vida y una responsabilidad enorme para lograr que viva como cualquier otro niño. No trajo ni discapacidad ni limitaciones porque todo eso está fuera de ella, está en la mirada de los otros, en los ámbitos escolares, sociales, culturales...
Tiene una condición de vida. Vino con un cromosoma más y síndrome de Down. Pero aún no lo sabe. Y para ella (y para mí) eso no tiene ninguna importancia. Porque ella es como es y tiene lo que tiene y aunque vivirá siempre con ello tendrá que aprender que en la vida no hay límites ni metas que no pueda alcanzar (esas son las cosas que están afuera).
Ella le pone risa a mis días. Se divierte, juega, aprende, se comunica, ama, se enoja, se ríe, disfruta, crece como todos los chicos mientras yo me divierto, juego, aprendo, me comunico, amo, me enojo, río, disfruto y vivo como cualquier mamá.
Hoy siento que con este cumpleaños se cierra una etapa donde las incertidumbres de los primeros días fueron desvaneciéndose de a poco y transformándose en logros. Y eso me trajo una enseñanaza increíble: cuando me siento agobiada por algo que me preocupa o siento temor porque no sé qué va a suceder, pienso en todo lo que logró Faustina en contra de todos los pronósticos desalentadores que hoy se alejan tanto de la realidad que vamos transitando, y siento unas fuerzas para superar mis preocupaciones que me empujan hacia adelante. Porque ella me demuestra cada día que no hay nada que temer y que no hay nada imposible ni inalcanzable. Sólo hay miradas y formas de ver y ser.
Feliz cumpleaños hija! Que tengas un día lleno de amor y muchas risas. Gracias por hacerme mamá! Te amo, preciosa!!
La fiesta va llegando y la casa se vistió de guirnaldas de colores, globos y velitas! Porque hoy estamos festejando nuestra vida con Faustina!
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