Faustina me llena de alegrías y desafíos todos los días. Y verla crecer como persona me ilumina el alma. Llegó a mi mundo porque decidí ser mamá soltera y aquí estoy, aprendiendo cada día a hacer lo mejor que pueda. Crecer yo junto a ella ha sido una de las mejores cosas. Al final, ser madre es como una travesía donde nada es seguro, solo el amor, la responsabilidad y el compromiso que un hijo te genera como padre o madre. Lo demás es un vaivén donde uno va aprendiendo a moverse y se va maravillando cuando logra algo o aprendiendo a sobreponerse de frustraciones cuando trastabilla con lo que no puede y a cambiar para hacerlo mejor.
Tener salud es algo que no puedo dejar de agradecer. Pero también haber aprendido a disfrutar de pequeñas cosas y reconfortarme con ello es algo para celebrar. Porque muchas veces tenemos salud y sin embargo no somos capaces de valorar eso chiquito, la magia de lo cotidiano. A veces vamos por la vida apurados, con la mirada puesta en cosas que no nos dejan ver esto pequeño que sucede a nuestro alrededor.
Hoy creo mi día a mi medida! Genero las cosas que quiero, soy como me gusta ser, doy lo que quiero dar sinceramente, recibo y disfruto el amor de las personas que me rodean, soy capaz de concretar mis proyectos, puedo elegir cómo quiero vivir las cosas que me pasan. Eso sí que es tener mucha fortuna!
Como si fuera poco, la vida me puso en el camino al hombre del que me enamoré y que hoy me acompaña tan cariñosamente, que me recibe en sus brazos cuando lo necesito y que cuenta con mi abrazo apretado, fuerte y amoroso para refugiarse. A los 13 años fue mi gran amor platónico. A los 50 se transformó en la persona transparente y llena de una magia inigualable, que me hace reír cada día y me sostiene la mano para andar juntos, en las buenas y en las malas.
Salud, familia, amigos, amor. Lo tengo todo. Qué más pedirle a esta vida bella! Felices 50 años para mí! Y para mi mamá y mi papá, en este aniversario de mi hermoso nacimiento! Salud! 💝
